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Primer día del Paraguay Business Week expuso serias falencias en la organización pese a la masiva concurrencia

Primer día del Paraguay Business Week expuso serias falencias en la organización pese a la masiva concurrencia

El esperado debut del Paraguay Business Week ayer lunes 8 de septiembre dejó en claro dos caras muy distintas. Por un lado, la masiva concurrencia, con miles de visitantes especialmente de Brasil y Argentina que acudieron ávidos por explorar oportunidades de inversión en Paraguay. Por otro, las múltiples falencias que marcaron el primer día y que opacaron el entusiasmo inicial.

Desde horas de la mañana, las quejas de los expositores fueron generalizadas. El principal motivo: la deficiente calidad del montaje de los stands, con materiales impresos en mal estado y acabados poco profesionales. Varios participantes denunciaron que la empresa encargada no estuvo a la altura del nivel del evento.

A esto se sumaron serios problemas eléctricos. Algunos stands permanecieron varias horas sin energía, mientras que otros reportaron fallas constantes. La situación llegó al extremo cuando un principio de incendio obligó a intervenir por la precariedad de las instalaciones. Pese a las quejas reiteradas, los organizadores tardaron en dar respuestas concretas.

El servicio de internet, ofrecido mediante un código QR, resultó insuficiente ante la gran cantidad de conexiones simultáneas. Expositores y visitantes se vieron limitados para trabajar, cerrar reuniones o incluso mostrar sus productos. «Es inadmisible que hayamos invertido mucho dinero para participar y nos tengan que ofrecer este pésimo servicio», lamentó un expositor.

Los sanitarios también colapsaron, con filas interminables y clausura de varios de ellos. Similar panorama se vivió en los puntos gastronómicos, que rápidamente se vieron desbordados, dejando a gran parte del público sin opciones disponibles durante varias horas.

Otro de los puntos críticos fue el estacionamiento. Aunque el espacio habilitado era amplio, el desorden imperó. Tanto la entrada como la salida se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza, agravado por el embotellamiento en las inmediaciones del Gran Nobile Hotel & Convention, donde se desarrolló el evento.