Graves irregularidades en la investigación sobre misteriosa desaparición de pistola
Una pistola 9mm incautada como evidencia fundamental en un caso de violencia familiar desapareció misteriosamente del despacho de la fiscal Estela Mary Ramírez, en Ciudad del Este, sin que hasta la fecha se hayan determinado responsables. El hecho, ocurrido en enero pasado, deja al descubierto una cadena de irregularidades y aparentes actos de encubrimiento dentro del Ministerio Público.
El arma fue requisada durante un allanamiento realizado en octubre de 2024 en una vivienda del km 9 Acaray, donde fue detenido Thiago Henric Días Campos (26), ciudadano brasileño, acusado de agredir y amenazar de muerte a su pareja en un ataque motivado por celos. La pistola, cuyo modelo no fue precisado, constituía prueba clave en el proceso por violencia familiar y violación de la Ley de Armas.
Sin embargo, al momento de preparar el requerimiento conclusivo para el 14 de enero de este año, la fiscal Ramírez descubrió que en el lugar del arma original había una pistola de aire comprimido. En lugar de reportar inmediatamente el hecho, la fiscal convocó informalmente a agentes del Departamento de Investigaciones para una “inspección” en su oficina, sin resultados.
Solo días después presentó una denuncia formal, ya con el rastro frío. El caso fue asignado a la unidad penal Nº5, a cargo de la fiscal Carolina Rosa Gadea, quien sorpresivamente dirigió la investigación únicamente hacia las asistentes y un practicante del despacho, excluyendo a la fiscal Ramírez de toda responsabilidad.
Críticas internas señalan que se estarían encubriendo graves faltas, como la omisión de remitir el arma a DIMABEL, según lo exige la resolución Nº 3.933 de la Fiscalía General. Además, Ramírez tampoco ordenó la prueba de parafina, diligencia básica en este tipo de investigaciones.
La lentitud en el avance del caso y la negativa a investigar a la titular del despacho han despertado sospechas de encajonamiento del expediente y protección institucional. Mientras tanto, Thiago Días Campos permanece con arresto domiciliario, pero la acusación en su contra se debilita sin el arma de fuego como evidencia.
Este escándalo no solo compromete la posibilidad de justicia para la víctima, sino que pone en tela de juicio la integridad del sistema fiscal, evidenciando que la impunidad puede nacer desde dentro de las propias instituciones encargadas de combatirla.