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Monseñor Valenzuela denuncia el ‘Halloween diario’ de violencia y pérdida de valores en Paraguay

Monseñor Valenzuela denuncia el ‘Halloween diario’ de violencia y pérdida de valores en Paraguay

En una homilía que sacudió las conciencias de miles de fieles en la Basílica de Caacupé, monseñor Valenzuela lanzó un dardo certero contra la degradación moral que carcome a la sociedad paraguaya. Con palabras que resonaron como campanadas de alerta, el prelado describió un panorama desolador donde «vivimos un Halloween diario de violencia, miedo y pérdida de valores», evidenciando cómo la superficialidad y el individualismo han secuestrado nuestra esencia como nación.

El obispo relató una escena que lo marcó profundamente: «Pasé frente a una escuela y vi a niños disfrazados con calaveras y guadañas. Pensé: esto es Halloween. Pero enseguida comprendí que nosotros tenemos Halloween todos los días». Con esta poderosa metáfora, desnudó la cruda realidad de calles donde personas sin máscaras siembran terror y destruyen vidas, mientras una sociedad indolente prefiere cerrar los ojos ante el sufrimiento ajeno.

Valenzuela fustigó sin tapujos la cultura del «igual da igual» que nos ha ido apartando de los valores esenciales. «Hoy vemos cómo la violencia, los ataques contra la vida y la familia, y el desprecio por la dignidad humana ganan terreno en todos los ámbitos», denunció con la contundencia de quien observa cómo se desmoronan los cimientos morales de nuestra sociedad.

En medio de esta «noche oscura» que atraviesa el país, el prelado recordó que muchos han perdido la capacidad de asombro ante el dolor y la injusticia. «Estamos pasando por una noche oscura, y muchos viven con miedo, tristeza o desesperanza», señaló, criticando cómo nos hemos llenado de ruido y cosas pasajeras que nos impiden escuchar la voz de Dios incluso en el silencio.

Ante miles de peregrinos que colmaron la Basílica en vísperas del novenario de la Virgen de los Milagros, Valenzuela concluyó con un llamado urgente a despertar espiritualmente y sembrar esperanza en medio de tanta desolación, recordando que «solo Cristo nos da la vida verdadera» frente a los espejismos vacíos del consumo y el poder.