Transportistas afrontan negro panorama económico por competencia desleal
Empresarios de la Asociación de Empresas de Transporte de Pasajeros de Ciudad del Este (ASETRAPACE) advierten que atraviesan una crisis profunda debido a la creciente competencia desleal por parte de transportes alternativos, servicios clandestinos y hasta buses eléctricos municipales, operando en condiciones totalmente desiguales.
Según uno de los referentes del sector, la disminución de pasajeros es constante, afectando la recaudación diaria e impidiendo la renovación o reparación de las unidades. «Cada día hay más vehículos que trabajan a través de aplicaciones como Bolt, Uber y Moto Bolt, y también furgonetas clandestinas que levantan pasajeros sin que nadie los moleste», lamentó.
El empresario señaló que los conductores de aplicativos no abonan impuestos municipales, no pagan patente comercial y algunos ni seguros como lo hacen las empresas de transporte formal, pero aún así operan libremente en toda la ciudad. «Es competencia desleal total», expresó.
Aseguró además que la falta de fiscalización tiene explicaciones de fondo: existen concejales municipales que tendrían vehículos trabajando en estos servicios clandestinos, por lo que no hay voluntad política para realizar controles efectivos.
A esta situación, se suma la puesta en servicio de los buses eléctricos municipales, que —según denunció— también les quita una importante cantidad de pasajeros. «Esos buses solo circulan sobre calles asfaltadas y en condiciones ideales, mientras nuestros colectivos tienen que meterse en los barrios, lidiar con caminos destruidos y sin infraestructura», cuestionó.
El empresario advirtió que la crisis no solo afecta a los dueños de las empresas, sino que pone en riesgo cientos de puestos de trabajo de conductores, guardas y personal administrativo que dependen directamente del transporte público formal.
Reconoció que muchos buses no están en las mejores condiciones, pero recordó que la falta de ingresos, el mal estado de los caminos y la ausencia de políticas públicas para el transporte impiden cualquier tipo de inversión para renovar flotas.
Mientras tanto, el transporte formal sigue perdiendo terreno en Ciudad del Este, en medio de un panorama que no muestra señales de mejoría.